9/5/09

No llores por mí, Argentina

Creo que Argentina no sólo tiene trabajo para todos, sino un potencial increíble que debería ser fuente de prosperidad para toda América latina. Al igual que en España, creo que el problema radica en que el modelo de Estado no es el adecuado, ni lo ha sido en las últimas décadas. No podemos atribuir al capitalismo los males de nuestra sociedad, porque se han superado con creces los defectos del propio sistema capitalista, incentivando desde el propio gobierno, una sucesión continua de despropósitos descontrolados, con el único fin de favorecer a una oligarquía con desmedidas ansias de poder. Nada más lejos de mi intención que hacer un discurso revolucionario y arbitrario, porque la propia democracia debería mantener, implementar y renovar continuamente al propio Sistema. Y jamás se hizo; ni en Argentina ni en España. Quizá porque nos hemos considerado demasiado listos y autosuficientes, sin pensar en las consecuencias catastróficas, que nuestras propias negligencias como ciudadanos indolentes, iban a costar al conjunto de la sociedad.

Bien es cierto que nunca estuve en Argentina, pero el testimonio de muchos directivos y empresarios, tanto argentinos como españoles, han confirmado mi tesis. El Sistema sólo ha sabido endeudarse a costa de alcanzar una cuota de poder satisfactoria, sin contar con las personas, ni con los increíbles recursos humanos y naturales de nuestros pueblos. No hace falta ser un gran profeta para entender que los precedentes de la situación, han estado a la vista desde que la usura legal, que ha conformado la base del sistema financiero, ha tomado como rehenes tanto a políticos como a empresarios, desguarneciendo la misma base del sistema democrático; los trabajadores. Todo lo demás no dejan de ser conjeturas sobre quién tiene o no la culpa; cuando todos hemos sido responsables al consentir y delegar nuestras responsabilidades, en quienes ni sabían ni podían dar soluciones, alzándoles como presuntos libertadores, cuando sólo eran rehenes de su propia voracidad.

El problema es que las soluciones pasan por restaurar todos los errores desde la perspectiva del tao; construir de cero. Pero también entiendo que el propio pueblo, desde su desesperación, hoy no está preparado para afrontar una revolución de tal magnitud. Desde luego, la solución no pasa por emular los sistemas populistas emergentes, que sólo contribuirían a una mayor precariedad, reforzando esa pandemia de líderes mesiánicos y totalitarios.

La reconversión es una solución a medias; hay quienes no podemos reconvertirnos sin frustrar todas nuestras esperanzas y nuestra propia vida; porque sólo podemos hacer aquello que es la propia razón de seguir considerándonos útiles y sentirnos vivos. Otra cosa es la desesperación; no sólo implica reconvertirse, sino tratar de no perecer en el intento.

Todas las demás consideraciones, quedan anuladas.

6/5/09

Poli-trato Ovejatorio

Hace algún tiempo, un orate conocido, en referencia al tema del racismo en EE. UU; me confesó abiertamente:

- Mi padre es americano y odia a los negros.
Ante tan singular afirmación, la consiguiente pregunta estúpida es:
- Tu padre… ¿es racista?
La respuesta fue grandiosa: - No, odia a los negros, a los blancos, a los amarillos… ¡Mi padre odia a todo el mundo!

Hace relativamente poco, he comprendido el significado de tan insólita confesión psicopática. No se trata de justificar lo injustificable, sino de comprender y compartir las más que probables razones que mueven a un individuo al filo de la sociopatía extrema. Son muchas y muy variadas. Se lo aseguro.

Cuando revisamos nuestro background de aprendizaje, recorremos mentalmente todas y cada una de nuestras etapas madurativas, dónde fuimos “modelados” incesantemente por nuestros educadores y las relaciones interpersonales, hasta obtener un patrón de comportamiento que se ajusta a nuestra personalidad actual, dentro de unos cánones implícitos de “normalidad”, o de “aptitud para la convivencia”. No hay duda que el éxito en esa “normalización” viene determinado por dos parámetros inherentes al sujeto: “el defecto de fábrica” (todos tenemos alguna “tara”, en mayor o menor medida) y el grado de “encabronamiento esquizofrénico y paranoide progresivo e interpersonal”; - o sea, como cuando meten a un perro en un saco y lo avientan hasta la saciedad- .

Toda esta divagación conductista, y coñazo, viene al filo del siguiente axioma: ¿Por qué cuando -durante la mayor parte de mi vida- he sido un ciudadano modelo, he respetado las normas y procuro ser afable, tiene que venir siempre algún cabrón/a a “alegrarme” el día?

Hay varias respuestas rápidas;
-Porque los cabrones son como el polen; están en todas partes y no dan tregua a los alérgicos.
-Porque Satanás existe y fue un padre muy prolijo.
-Porque la naturaleza debería ser mucho más selectiva.
-Por la teoría de La Poshman sobre la “involución” de las especies. A grandes rasgos, esta teoría predica que todos los seres vivos hemos involucionado. El rabo prensil es mucho más útil que el hecho de ser completamente bípedo (que realmente no sirve para nada). Igualito es medir uno setenta, que tres metros y pico, como un tiranosaurio. En resumen, que somos más pequeños, más débiles y, en muchos casos, más estúpidos que nuestros ascendientes. Al fin y al cabo, aquellos bichos eran idiotas, pero les daba igual porque no eran conscientes de su condición.
Sea cual fuere la razón, comprendo que el poli-trato-ovejatorio es la etiología de la mayor parte de los brotes sicopáticos (a excepción del atronamiento genético). El ser tratado sistemáticamente como una mierda, -y ser consciente de ello- por individuos de todo pelo y condición, conduce inexorablemente a abrazar el “overkill”.

Por eso, a partir de ahora, sea consciente de sus limitaciones, no se auto-sicoanalice, y si se encuentra con alguien que le odia por el mero hecho de existir puede estar justificado, así que… cambie de acera.
Todas las demás consideraciones, quedan anuladas.

Sadam Joselín

Una de las entrevistas más curiosas emitidas en tv. fue aquella que pretendía dar a conocer el acceso a la información general que había en la España rural. Para ello, un elenco de reporteros inicia un pequeño calvario por los pueblos de España, cuestionando a los aldeanos acerca del conocimiento y repercusión mediática de la información internacional en sus vidas.
Un alto porcentaje de los encuestados, reconocía un profundo desconocimiento de las vicisitudes internacionales, básicamente, por que les importaba un carajo. Algunos reconocían estar informados; e incuso llegaban a mostrar cierta inquietud por determinados sucesos puntuales, pero afortunadamente, la distancia es una barrera de seguridad infranqueable.

Uno de estos lugareños mostraba una preocupación importante por el destino del pueblo árabe en la guerra de Iraq. Concretamente por la vacante del dictador Sadam Joselín. Suponemos que se refería a la dinastía de los “Joselines” de Iraq, estirpe perfectamente identificada y entroncada con la rama arábigo-andaluza de oriente -de donde procede el apellido- al derivar etimológicamente el nombre “Hussein” en Josele (de José) y posteriormente en “Joselín”; o sea el hijo de Josele. Si Vds. pensaban que etimológicamente podía proceder del término árabe “Huss” (señor) es que realmente no tienen ni puta idea de lingüística, ni de historia rancia de occidente. Deberían iniciar más rutas por la España mozárabe de Zapatero.

Sea como fuere, y también acorde al criterio del convecino, “Joselín” tenía dos hijos; Wiki y Wini (podrían ser también Mili y Wiki -no está muy claro el santoral-) que corrieron un dramático destino; fueron atomizados por un misil “a bocaperro” cuando se afanaban en las arduas tareas de defensa de su morada. En cualquier caso, lo de éstos dos no pasa de la mera intriga palaciega.
Pero lo peor de “Joselín” es que era malo. Más malo que un “nublao”; peor que ser “matao a pellizcos”. Lo había dicho la tele. A ver quién no hace caso de lo que dice la tele. Hay que ser gilipollas para no creerse lo que dice la tele sobre “Joselín”. En fin, que “Joselín” había recibido su merecido y todos tan contentos. Es el problema de interpretar la historia por las cabeceras y titulares de los medios. Y sólo el “qué” y no el “porqué” de los acontecimientos.

Lo realmente anecdótico es el carácter rural de la encuesta. En la urbe, probablemente andaríamos en otras frivolidades, como embutirnos en la vida de alguien o calificar los comportamientos lascivos de algún cretino. No hubiéramos reparado en el contaminado Joselín, salvo para ver como lo colgaban por un video grabado con un móvil, por lo morbosamente desagradable de la situación.

Pero no olviden que, mientras su Estado ejerce de “Gran hermano” -reprobando sus vidas, vicios y conductas- y sus pecheros mediáticos alienan sus mentes, ha llegado el día que la Unión Europea cañonea sus vacas y pisotea sus habas. Los piratas secuestran sus barcos. Sus hijos van a guerras que otros empezaron -a mayor gloria del Imperio Sajón- y Vd. es más pobre que hace 20 años…Entonces quizá sea el momento de preguntarse; ¿por qué le ocurrió a Sadam Joselín?

Gozilla y Yo

Cuan lejos quedó Platero. Evocar la sensibilidad de Juan Ramón se me hace casi imposible. El sino de los tiempos se presta a la mediocridad. Una nube de sordidez que se extiende como la niebla que cubre el hálito de Montesquieu. Inmersos en la vulgaridad, los medios desembuchan iniquidades contra un pueblo perturbado y perdido, pasto de la voracidad del Estado plural. Los partidos, parten, y el bizcocho está servido. Muchos se alimentan de las migajas de la mesa de los señores, pero todos quedan hambrientos; de poder, de identidad, de justicia y, sobre todo, de espíritu.

Y Platero se convirtió en Gozilla. Y Gozilla ataca por muchas razones. En política, es invocado por el trato ovejatorio de los que no pueden ni quieren servir, porque no sirven ni para querer. Porque sus mentes estrechas sólo totalizan los votos necesarios para sobrevivir cuatro años más a cualquier precio. Porque se negocia lo innegociable y se tolera lo intolerable. Porque han vendido su dignidad en el juzgado, resentidos cuando fueron descubiertos por su incompetencia. Porque siguen siendo incompetentes y son conscientes de ello. Porque la política no es una clase, sino una casta al estilo hindú, y porque, cuando caen asfixiados por la evidencia, no se retiran; sólo se colocan en la retranca esperando, a vuelta de cerrojo, volver a entrar en el ánima para ocupar el puesto que otros merecerían en verdadera paridad.

En lo profesional, el espíritu de Gozilla no es injusto; sólo se desboca ante el imperio de los ramplones. ¿Cuántas veces hemos tenido que soportar entrevistas de trabajo realizadas por profanadores de currículos, que han vetado nuestro futuro? ¿Cuántos jefecillos y caciques de medio pelo han temido nuestras aptitudes? ¿Cuántos mediocres han progresado a nuestra costa? ¿Cuántos indigentes mentales se nos han presentado como catedráticos del conocimiento? Todos ellos exhortan explícitamente a Gozilla y luego… pasa lo que pasa…

En lo personal, Gozilla odia principalmente a los ingratos, los cretinos y los renegados. Lo que más molesta a Gozilla es que le lleven la contraria cuando tiene certeza absoluta. La familia, tanto directa como política, tiene gran potestad en el poder de invocación del monstruo. La coacción de libertades individuales suele ser el detonante del ritual de invocación, aunque la pareja puede tener también grandes aptitudes para la magia, y atraer a todos los demonios, con lo que Gozilla suele achantarse y replegar para no volver en una temporada. Por otra parte, Gozilla también se desata en la carretera y en la calle, casi siempre cuando eres víctima de algún importantito, algún desaprensivo con derechos pre-adquiridos a los tuyos, o algún civil uniformado.

En cualquier caso, la constatación de Gozilla es un hecho; en la política, en lo profesional y lo personal. El lema de Gozilla es muy claro; “más vale que te “sobres” que no que te falten”. Y, desde el más profundo respeto, si hoy invocas a Platero, es que eres un Santo.
Todas las demás consideraciones, quedan anuladas.

Los desconocidos

A tenor de la modernidad surgen los más insólitos personajes en todos los ámbitos de la comunicación. Comprendo que el gremio de autores/editores y profesionales del negro sobre blanco no estemos de moda. Nos lo hemos ganado a pulso a base de aburrir al personal con soporíferas disertaciones y tabarras en formato múltiple. ¿No se han percatado de la escasez de textos divertidos en el panorama literario? Cuando digo “divertidos” me refiero a ingeniosos, brillantes, creativos… no procaces, soeces o desatinados.

Creo, salvo raras excepciones, que la gente no tiene gracia. Si no tienen gracia, difícilmente podrán expresarla por escrito. Habrán notado que la gente ha perdido la tradición oral de contar un buen chiste; mejor dicho, la gracia de cómo contarlo. Y la gente los cuenta fatal. Incluso los que eran profesionales en la materia. Probablemente se han quemado en la pira de la saciedad reiterativa; por sobresaturación televisiva. Desde la muerte de Luis Sánchez Polack “Tip”, la agudeza a decrecido, y espero que sea sólo una mera coincidencia en el tiempo.

El humor es parte esencial de nuestro carácter. Es la química entre las personas, el nexo entre dos desconocidos dentro de un gran país. Es la condición del español de todas las épocas; lo que nos une y nos diferencia y, en definitiva, la alternativa a sajones y normandos, que nunca comprenderán porqué el humor anida en las tabernas; y no porta estandarte ni es moneda de cambio, y sólo sirve para alegrar el espíritu humano, que ya es bastante.

Hace poco retransmitían por televisión una gala de cine o teatro; me es indiferente. La mayor parte de los nuevos valores, era gente muy joven, ataviados de sport y presentados como el futuro del entretenimiento audiovisual. Ciertamente con una imagen prediseñada muy frecuente. El problema es que, a la hora de enfrentarse a un micrófono, tenían serias dificultades. Si para hablar en público dos minutos, aparentaban un registro muy pobre, supongo que para interpretar como Anthony Hopkins o Bruno Ganz, necesitarían siete vidas… y no precisamente las de la serie televisiva.

El talento no se gana a base de subvenciones. Se tiene o no, y punto. Robert Rodríguez, junto a Tarantino, aconsejaba a un fan sobre cómo hacer películas de calidad: “Practica y filma muchos metros. Mejorarás progresivamente. Si te sale una mierda, siempre podrás ir a España y decir que es cine de autor; allí lo valoran”.No se trata de hacer apología del elitismo y la intelectualidad, sino de pedir cierta dignidad en la expresión oral y escrita. Cierta gracia. Mientras tanto, seguiremos siendo unos desconocidos, incluso para nosotros mismos.

Más cerca de Dios.

Los mediocres no tienen perdón de Dios. Si hay algo profundamente molesto, es padecer la condenación eterna por ser un mediocre. Por eso, el infierno está lleno de paletos. El sistema de captación de Lucifer está ganando en difusión y perdiendo en calidad de los condenados; más por el grado de estulticia que por la gravedad de las atrocidades cometidas. Los pecados capitales ganan sobradamente la partida… se expenden más billetes por el hecho de ser un idiota, que por ejercer de cabrón redomado.

Una de las principales franquicias expendedoras de billetes al averno es “la empresa” en sentido general. La proliferación de mediocres e incapaces parece ser el principal foco de producción activa. Los complejos de inferioridad y suficiencia afectan gravemente al perfil del empresario, obligándolo a adoptar nuevos nombres y formas como Owner, CEO, Manager, Researcher o Associate, como si se tratara del mismísimo Mr. Jekyll & Hyde.

Personalmente, creo que en el fondo se esconde –simplemente- un mero complejo de personalidad. Independientemente del auge e implantación de compañías extranjeras, este cliché obedece a un estatus de autodefensa muy similar al que practican determinadas especies del mundo animal, con sus mensajes no verbales. La serpiente de cascabel hace sonar su extremidad para advertir de su presencia; el Owner (propietario) se compra un BMW y toca el claxon. La pregunta es obvia: - ¿A cuál de ellos le propinaría Vd. antes un sonoro escopetazo? Creo que la respuesta es sencilla. Al fin y al cabo, si te retiras, la serpiente se tranquiliza. El otro gilipollas puede estar tocando el pito todo el día; hasta que le abras la puerta y, después, te atacará. Y no sólo eso; te atacará el resto de tu vida laboral en esa empresa, por no haberle abierto a tiempo. Y sus hijos también lo harán. Y así para siempre jamás.

Independientemente del ataque del Owner, también hay que salvaguardarse de la influencia del CEO. Estos están incluidos dentro de la categoría de “soplas” varios; si bien el CEO destaca por su mediocridad, falta de ideas, lealtad y liderazgo, y –sobre todo- por cobrar barbaridades y huir despavorido cuando es descubierto contando chorradas al Owner. Por supuesto también tiene un BMW o similar; pero un grado de inferior categoría, por aquella sabia recomendación romana de no presentarse con laureles ante el César, si previamente el César había dirigido alguna campaña desastrosa en el campo de batalla. En cualquier caso es obvio que no todos los Owner y CEOS son iguales. Podría nombrarles más de quinientos inútiles, pero también muchos excelentes como… Sí, bueno... éste… Vaya, ¡ahora no me sale el nombre!

Vaya por delante que todos tenemos alguna experiencia empresarial imperfecta. Algunos somos antagonistas a Midas; jodemos todo lo que tocamos. Por eso, les recomiendo adoptar un título sonoro acorde al puesto: “Fregona’s Master & Commander in Chief”, o algo así. No se preocupe; puede Vd. ser un mediocre excepcional.
Pero en definitiva, lo mejor es aprender de los errores de los demás, porque los propios cuestan dinero. Y si no comparten este criterio sobre el nomenclátor empresarial, no se apuren, probablemente estarán… más cerca de Dios.

23/10/06

Bienvenido Poshman

Ser políticamente incorrecto no es un don ni un síntoma de un síndrome psicopático; es sólo una forma de ser. Es la respuesta de la solidaridad frente al parasitismo, de la sorna y la mofa frente al insulto, de la rebelión ante el sometimiento, del genio ante el servilismo consciente y , en definitiva, de sobrevivir al Estado plural.

Ahí van un puñado de pesadillas... Un puñado de nuestras mejores elucubraciones mentales, capaces de dejar a María sin sarmientos y a Cagancho en la puerta de Almagro. Y es que la genialidad una vez más procede de la gente que tiene algo que decir, aunque sea para cagarse en tu padre.

Bella es la virtud en las maneras de la palabra, y al decir lo que pensamos lo hacemos más y mejor cuidado por escrito, firmando la cebolla que hará llorar al necio. Entre nosotros no hay batalla dialéctica, que es el ingenio quien otorga la fuerza -y no las hostias-, que son sólo pa' el que se las trabaja.

Dedicamos esta obra a los "listos", a los políticos, a los maestros de nada, a los "enteraos" a los gilipollas, a los pesaos, a los "soy de... de toda la vida", y a toda esa plaga que contamina nuestro entorno sin otro cometido que vegetar y agotar por tedio nuestros preciados intelectos, haciendo nuestra vida un poco más larga y difícil. A todos ellos, gracias por hacernos políticamente incorrectos.